Es habitual que cuando una compañía comienza a acumular impagos, al empresario le surjan dudas sobre cómo cerrar una empresa con deudas.
Ante este tipo de situaciones críticas, primero es conveniente realizar un análisis profundo sobre la viabilidad de la empresa teniendo en cuenta diversos factores e intentar buscar soluciones reales y eficaces. En este otro artículo ya os dejamos algunos consejos para gestionar la liquidez de la empresa en periodos de dificultades económicas.
En el caso de que la situación de la empresa no mejore ni se prevea que vaya a hacerlo y se encuentre endeudada con proveedores, bancos, salarios de empleados, etc, el empresario deberá decidirse por cerrar la empresa bien sea mediante la disolución y liquidación de la misma o a través de la solicitud de concurso de acreedores voluntario.
De este modo podrá proceder a un cierre ordenado de la compañía a tiempo, minimizando deudas y riesgos, decisión que en muchos casos es la más inteligente.
Así, el empresario que quiera saber como cerrar una empresa con deudas deberá optar por la solución que más le convenga, en atención a la valoración de la situación de su empresa y del mercado, para hacer frente a las deudas de la empresa puesto que en caso contrario el empresario podría llegar a responder de ellas personalmente.
Plan de viabilidad de la empresa
La primera opción recomendable para cualquier empresario que intente salvar su negocio es realizar un plan donde se analice la posible viabilidad de la empresa teniendo en cuenta la liquidez de la misma, su solvencia, sus deudas acumuladas y el fondo de maniobra disponible.
A través de este plan se tratará de encontrar las posibles soluciones que permitan salvar el negocio, o por el contrario, determinar si el cierre de la empresa es lo más conveniente.
En este artículo os dejamos algunos aspectos importantes a tener en cuenta por las empresas en épocas de crisis y que pueden servir de utilidad.
Si finalmente se llega a la conclusión de que la empresa no tiene futuro y no hay solución que pueda salvarla, habrá que pregunstarse como cerrar una empresa con deudas y estudiar el mecanismo más adecuado para proceder al cierre de la misma intentando causar el menor perjuicio posible a trabajadores, acreedores, entidades financieras y socios.
Disolución y liquidación de la compañía
La disolución y liquidación ordenada de la empresa es la forma más sencilla de acceder al cierre de la empresa, aunque se debe tener en cuenta que sólo puede llevarse a cabo si la empresa cuenta con el dinero suficiente para pagar las deudas a los acreedores.
El procedimiento se divide en dos partes, disolución y liquidación, que pueden realizarse de forma conjunta en el mismo acto o de manera separada acordando primero la disolución y consecuentemente proceder a la liquidación.
Así, El primer paso para llevar a proceder al cierre será convocar una junta general de socios para que se tome el acuerdo de disolución de la Compañía. Cabe concretar que la disolución puede deberse tanto por causas establecidas por la Ley de Sociedades de Capital como por los propios Estatutos Sociales de la empresa o por mera decisión de la Junta.
Con la disolución aprobada se da paso al periodo de liquidación. En este momento el órgano de Administración de la sociedad cesará en sus funciones y se nombrarán liquidadores, que salvo prohibición expresa, pueden ser las mismas personas. Los liquidadores serán quienes lleven a cabo las actuaciones necesarias para la liquidación, gestionaran el patrimonio de la empresa, realizarán los pagos a los acreedores y actuarán en representación de la Compañía, entre otras funciones.
En esta momento se deberá formular inventario y balance de la empresa a fecha de disolución y se cerrarán las operaciones pendientes lo que conlleva el cobro de créditos de la empresa, pago de las deudas que se tengan, venta de los bienes de la compañía y cualquier otra que fuese necesaria.
Una vez realizadas las operaciones liquidación, se aprobará por Junta de Socios balance final y se procederá a la división del restante del haber de la compañía entre los socios.
Esta procedimiento pese a no requerir de intervención judicial si que requiere de notario por lo que deberá formalizarse escritura pública e inscribirse en el Registro Mercantil. Finalmente, se cerrará la empresa, ya sin deudas.
Como ya se ha dicho al principio, este procedimiento es el más adecuado y sencillo si se tiene el dinero suficiente para pagar las deudas de la empresa. Aún así, en caso de falta de liquidez se podrían solicitar prestamos personales para poder liquidar.
Concurso Voluntario de Acreedores
En el caso de que la empresa no cuente con la liquidez necesaria para poder hacer frente a sus deudas, el empresario deberá optar por solicitar concurso de acreedores e incluso puede previamente intentar llevar a cabo algún procedimiento preconcursal que le permita llegar a un acuerdo con los acreedores que incluya aplazamientos y quitas.
En caso de que el intento de acuerdo no concluya satisfactoriamente el empresario deberá acudir al procedimiento judicial de concurso voluntario y solicitar su iniciación (plazo de dos meses desde que se conoce o puede conocer la insolvencia).
Este procedimiento tiene como finalidad salvar la empresa aunque en la práctica, lo más habitual es que se concluya con el cierre de la misma.
¿Qué ventajas tiene para la empresa que el empresario se anticipe y presente concurso voluntario?
Es importante que sea el propio empresario el que cuando vea que la empresa se encuentra en una situación financiera crítica (o intuye que va a estarlo) inicie el procedimiento de concurso voluntario pues esto conlleva para la empresa una serie de ventajas:
- La empresa podrá paralizar el pago de sus deudas e iniciar un procedimiento de renegociación de las mismas con condiciones más ventajosas y asumibles.
- Las ejecuciones que los acreedores hayan interpuesto se paralizan.
- Los Administradores de la empresa seguirán actuando como tales, con el control de la administración concursal . En caso de que el concurso lo instase un acreedor (“concurso necesario”) se suspenderían las facultades de administración y gestión del patrimonio que pasarían a estar en manos exclusivamente del administrador concursal.
- El administrador puede llegar a evitar responsabilidades importantes en el momento de calificación del concurso como fortuito o culpable.
El procedimiento concursal es un procedimiento judicial lento que se divide en varias fases y que requiere de cierto asesoramiento.
El procedimiento de concurso puede concluir tanto con convenio con los acreedores (es un acuerdo donde se pactan quitas y esperas) o, si no se aprueba convenio, con la liquidación del patrimonio de la empresa que tiene como fin pagar el máximo de deuda siguiendo un orden de prioridad establecido por ley.
De este modo, ante la pregunta ¿cómo cerrar una empresa con deudas? El empresario tiene que optar por la solución más adecuada para su empresa intentando crear el menor perjuicio posible y corriendo el menor riesgo.
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DiG Abogados